«El País» incluye (Des)de los escombros en la selección de textos teatrales 2016-2017 realizada por el crítico Marcos Ordoñez 17/05/2017. https://elpais.com/cultura/2017/05/16/babelia/1494926001_962380.html

Y el sábado, a teatro lleno, descubrimos a una creadora que va a dar mucho que hablar: María Prado. En su pieza <(Des)de los escombros nos sumerge en un mar de recuerdos poéticos que por momentos se asoman al precipicio del presente. Un trabajo dramatúrgico y escénico muy sugerente en el tratamiento de la estructura y el espacio como lugar de poéticas múltiples.

Una labor fantástica y camaleónica la de estas tres actrices, que dotan de fuerza e inmenso corazón a todas las mujeres que pasan por delante de nuestros ojos. (…) Con instantes que consiguen (mágicamente) detener el tiempo(…)

(Des)de los escombros es una pequeña maravilla que, además (y eso tal vez es lo mejor), va creciendo en la memoria, asaltándote su recuerdo en los días siguientes cuando menos te lo esperas. Id a verla.

Un espectáculo creativo, original y poético. De esos que te dejan sin respiración. Y que hablan de cosas que nos pasan a todos: lo que nos prometieron es mentira. Una puesta en escena sorprendente, con tres actrices que son verdaderas bestias pardas encima del escenario.(…)

De lo mejorcito que hay ahora en las tablas madrileñas. Imprescindible.

Un montaje a la par delicado y punzante. Entre las 12 sogas que cuelgan del techo, conviven historias del pasado, del presente, del futuro. Tres mujeres, interpretadas por Aranza Coello, Irene Maquieira y Luna Paredes, van a transportarnos a diferentes maneras de entender, asimilar o gritar a esta sociedad absurda en la que vivimos y sobrevivimos. Las actrices se dejan la respiración -literal- entre esperanzas, miedos, dudas, carreras, y un baile. (…)

El espectador debe estar dispuesto a que le metan el dedo en la llaga, que le pongan ante los ojos unas preguntas que a veces cubrimos con el velo de la ignorancia fingida. (Des)de los escombros hace pensar, y tararear.

Un exquisito trabajo coral que respira en todo momento una impecable dirección. Las tres actrices (Aranza Coello, Irene Maquieira y Luna Paredes) están inmensas en sus papeles, completando su trabajo individual con un muy cuidado trabajo coral, ideado y ejecutado de forma milimétrica. La escenografía, el uso del espacio y el lenguaje sonoro son una pieza clave, manejada de forma magistral, en este excelente engranaje. Los juegos y las canciones de la niñez se entretejen de forma notable con la decepción del presente y la ausencia de futuro.

El espectador se sorprenderá de lo que Cuartoymitad Teatro es capaz de crear con solo unas cuerdas, tres cántaros y unos cuantos pedazos de vasijas rotas.

La metáfora social que María Prado ha construido con este texto se presenta en varios planos temporales y físicos, a través de varios personajes femeninos encarnados por tres estupendas actrices:Aranza Coello, Irene Maquieira y Luna Paredes. Las tres asumen las personalidades de varias generaciones de mujeres que han tenido que soñar, luchar, trabajar, construir, tejer y destejer con el único afán de seguir sobreviviendo. Y tantas veces como han caído, han sido capaces de levantarse para poder seguir adelante.

(Des)de los escombros’ es, desde luego, un montaje comprometido, ágil, sugerente e imaginativo que una joven autora y directora ha levantado con toda la pasión del mundo y que tres actrices y un equipo artístico han sabido construir con ella para que no haya un solo espectador que salga defraudado después de los aproximadamente 90 minutos de espectáculo. Merece la pena, de verdad.

Tres actrices fuertes en escena, Aranza Coello, Irene Maquieira y Luna Paredes, rodeadas de unas cuerdas blancas que componen un recorrido visual tan atrayente como opresivo. Las tres cambian continuamente los papeles, representando unos personajes que cambian de edad, de contexto y de situación pero con un hilo conductor constante (…)

Obra que exige un esfuerzo físico intenso para las actrices, jugando con elementos femeninos como la leche (materna), la situación laboral de las mujeres o la presión a la que estamos sometidas para alcanzar lo que queremos y para lo que nos hemos preparado. La juventud es el reflejo social para hablar de una situación difícil, extrayendo los problemas, anunciándolos con la voz muy alta y refugiándose en la propia fuerza interna que se pueda tener para superarlos y seguir jugando o seguir razonando. (…)

Tres generaciones, abuelas, madres e hijas luchando por los mismos valores en distintas épocas, trabajando y asumiendo su papel, rompiendo moldes y gritando, quejándose. Coello, Maquieira y Paredes saben renacer con cada identidad que cogen y rebaten exteriormente, trabajando a distintas voces y repartiéndose el cuerpo por todo el escenario sin dar pasos en falso. (…)Todo se construye a partir de mínimos elementos y alcanzado máximas propuestas creativas.

Sigue la línea que caracteriza a esta compañía de teatro social y comprometido con el mundo que habita, una coherencia que se agradece y que impregna sus dos montajes de una honestidad y una sencillez que atrapan. (…)

María Prado demuestra poseer una clara visión de la naturaleza humana y del entorno donde le ha tocado vivir y utiliza el escenario para crear una metáfora de la sociedad actual muy personal a la par que efectiva (…)

Aranza Coello, Irene Maquieira y Luna Paredes son las hijas, las madres, las abuelas, las trabajadoras, las paradas, las sumisas, las revolucionarias, las combativas, las pérdidas, son simplemente cada uno de nosotros tratando de comprender cuál puede ser la manera de sobrevivir en este nuevo y cambiante entorno. (…) Convencen mientras hablan, cantan, corren, saltan, corren, caen al suelo, se levantan, corren, bailan, tejen, corren, se levantan, pero lo importante no es que caen, lo importante es que tienen fuerzas para seguir levantándose…

(Des)de los escombros se adentra en el atormentado universo de la precariedad laboral y la insatisfacción garantizada de los tiempos de crisis (…) la angustiosa necesidad de progresar, de ser algo más de lo que uno mismo ya es, de tener, de hacer todo lo posible para conseguir cosas. De la ineludible obligación de no perder nunca el tiempo.

La obra nos recuerda aquella entrevista de trabajo que hiciste y cómo se portaron contigo. A juegos en el parque, nostalgia de abuela, a cuando fuiste niña, o a cuando no lo serás nunca. (…) tiene frases, palabras y momentos tan tajantes como el vivir: o te acostumbras o lo afrontas.